viernes, 7 de marzo de 2014

OTRA TANDA DE CUENTOS

El tema propuesto es el de un paseo por el bosque en una mañana soleada de julio. 

GNOMOS EN EL BOSQUE
Un día de verano me fui de camping con mi familia al bosque. El bosque tenía unos árboles de color verde sus hojas y el tronco marrón. Estaban rodeados de mucha hierba verde.
Cuando llegamos empezamos a comer. Después jugamos al pilla pilla y ... ¡Me caí en un agujero!
-¡Socorro, socorro!- dije.
Entonces vino un gnomo y me ayudó a salir de allí. Le dije:
-¡Vaya, pero si eres un gomo!
-Sí.
-Gracias por ayudarme.
-De nada. ¿Quieres venir a Gnomonomia?
-Vale.
Más tarde llegamos a Gnomonomia y me invitó al cumpleaños de su hijo. Cuando terminó, le dije:
-Tengo que volver con mis padres, estarán muy preocupados.
-Vale, pero...¡Vuelve cuando quieras!.
Desde entonces, todos los días iba a Gnomonomia para jugar con los gnomos.
AUTORA: Amalia Criado

LA MARAVILLA DEL BOSQUE
Un maravilloso día, iba paseando por el bosque y de repente oí un ruido. Yo empecé a asustarme y dje:
-¿Quién anda ahí?
Entonces escuché:
-Guau, guau.
Empecé a asustarme y salí corriendo. Cada vez se oían más ruidos. Cuando llegué a la entrada del bosque dije:
-¡Ahhh!
-Felicidades hijo.
-Ya me extrañaba que me mandaras al bosque. ¡Mi tarta!
La tarta era de un campo de fútbol y ponía: ¡Felicidades!.
-Mamá, ¿Y mi regalo?  ¡Oh!, un perro. Gracias mami.
El perro era marrón con el pelo rizado y con las orejas estiradas.
Cuando la fiesta se acabó me fui a mi casa esperando que llegara mi siguiente cumpleaños.
AUTOR: José Ángel Padilla

EL BOSQUE MISTERIOSO
Una mañana soleada de julio decidí ir a dar un paseo.
-Mamá ¿Sabes dónde puedo ir a dar un paseo?
-Pues, podrías ir al bosque.
-¡Sí! Gracias mamá.
Era precioso y encontré mariposas de diversos colores: azules con manchas verdes, rojas con manchas amarillas y muchas más. Pero, de repente me encontré un oso pequeño y raro porque era marrón y con muchas manchas negras y blancas.
Era muy bonito y decidí llevármelo a casa.
-Mamá, mira lo que he encontrado.
-¿Qué?
-Un oso, es pequeño y no rompe nada. ¿Me lo puedo quedar?
-Solo unos días.
-¡Vale, gracias!
Me lo quedé y mi madre le cogió cariño. El día que se tenía que ir, mi madre me dijo que se quedara.
Todos estábamos muy contentos y le puse de nombre "Manchitas".
AUTORA: María Pérez

UNAS NUEVAS AMIGAS
El jueves pasado, del mes de julio, fui a dar un paseo por el bosque frondoso, verde y con altos árboles. Cuando entré, estaba oscuro pero más adelante apareció el sol.
Me di cuenta de que un grupito de mariposas me perseguían. Se posaron sobre las flores y quise acercarme pero ... ¡De repente se hicieron como monstruos y me fui pitando!
Todas venían detrás de mí. Paré porque me había perdido. Me di cuenta de que una pequeña mariposa dijo:
-¡Alto chicas, esta niña es buena!.
-Es verdad. ¿Quieres ser nuestra amiga?
-Ssssiií- dije temblorosa.
Así guardé mi secreto y todos los días iba al bosque.
AUTORA: Paula Ramos

LA GATITA QUE HABLABA
Era una mañana soleada del mes de julio cuando decidi dar un paseo por el bosque. Mientras iba caminando, un matorral parecía que se movía y me perseguía. De repente saltó ¡Una gatita!
Le dije  a la gatita:
-Tranquila chica, te llamaré Juanita.
Contestó:
-Vale, me gusta ese nombre.
-¿Cómo? ¿Sabes hablar?
-Sí, -contestó Juanita.
La gatita era gris, muy blandita y con ojos marrones.
Al día siguiente volví y todos los días le llevaba comida.
AUTOR: Adrián Márquez


UN NIÑO VOLANDO ENCIMA DE SUS AMIGAS MARIPOSAS
Un día soleado estaba un niño muy triste porque quería volar. Otro día cruzando un bosque vio a unas mariposas y les dijo:
-Tenéis mucha suerte. Vosotras podéis volar y yo no.
-No importa.  No es tan divertido.
Por la noche, las mariposas fueron hasta su casa. Se pusieron debajo del niño y empezó a volar.
-Gracias, me ha gustado mucho volar con vosotras.
Desde entonces, el niño estaba contento  y todos los días iba a visitar a las mariposas.
AUTOR: Guillermo Guisema

UN PASEO POR EL BOSQUE
Una vez yo estaba paseando por el bosque. Había muchas mariposas que revoloteaban y eran muy cansinas porque estaban todo el rato:
-¡Bizzzz, bizzz!
Yo les dije:
-¿Os podéis callar?
-¡No! -contestaron las mariposas.
-¿Por qué?
-Pues porque es nuestra naturaleza.
-Sí, claro, vosotras queréis que me enfade.
-No, no queremos.
Al final, las mariposas me dejaron en paz y me fui tranquilo.
AUTOR: Tomás Anula






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